Relacionado con el esquí, aplica los diferentes principios del entrenamiento deportivo. Pon un
ejemplo de cada uno de ellos.
Principio de variedad: para evitar la monotonía y el
aburrimiento se realizarán gran variedad de ejercicios como pueden ser: bajar
con las manos en las caderas, con los brazos estirados, con las manos en las
rodillas, bajar por diferentes pistas, coger diferentes remontes,…
Principio de continuidad: para mejorar el rendimiento, aquellos ejercicios importantes deberán repetirse a lo largo del tiempo. Algunos de ellos podrían ser: el frenar, la realización de los giros,…
Principio de progresión: para mejorar es necesario elevar la dificultad gradualmente. Por ejemplo, cuando empezamos a esquiar comenzaremos por el plano, luego pasaremos a la pista verde, la cual tiene menos pendiente e iremos aumentando la dificultad poco a poco, pasando a la azul, la roja y finalmente la pista negra.
Principio de especialidad: se producirán más mejoras cuanto más específico sea trabajo. Es decir, por ejemplo, cuando queremos aprender a coger un remonte, aparte de dar una explicación “teórica” de cómo hacerlo, debemos aprender cogiéndolo y aprender prácticamente.
Principio de multilateralidad: a principio se comenzará con un aprendizaje global del esquí, para que a medida que pase el tiempo y el alumno vaya mejorando el aprendizaje sea cada vez más específico. Uno de los ejemplos más visibles son el aprendizaje del frenado, inicialmente se enseña al alumno a frenar con la cuña y más adelante se le enseñará a frenar con el derrapaje.
Principio de especialización: una vez el alumno tenga una base general del esquí, podrá especializarse en una modalidad concreta, como puede ser slalom gigante, saltos, esquí de travesía,…
Principio de individualización: el entrenamiento será individualizado y se adaptará a las características de cada alumno. Por ejemplo, si un alumno tiene problemas con el frenado, nos centraremos en ello para que mejore.
Principio de continuidad: para mejorar el rendimiento, aquellos ejercicios importantes deberán repetirse a lo largo del tiempo. Algunos de ellos podrían ser: el frenar, la realización de los giros,…
Principio de progresión: para mejorar es necesario elevar la dificultad gradualmente. Por ejemplo, cuando empezamos a esquiar comenzaremos por el plano, luego pasaremos a la pista verde, la cual tiene menos pendiente e iremos aumentando la dificultad poco a poco, pasando a la azul, la roja y finalmente la pista negra.
Principio de especialidad: se producirán más mejoras cuanto más específico sea trabajo. Es decir, por ejemplo, cuando queremos aprender a coger un remonte, aparte de dar una explicación “teórica” de cómo hacerlo, debemos aprender cogiéndolo y aprender prácticamente.
Principio de multilateralidad: a principio se comenzará con un aprendizaje global del esquí, para que a medida que pase el tiempo y el alumno vaya mejorando el aprendizaje sea cada vez más específico. Uno de los ejemplos más visibles son el aprendizaje del frenado, inicialmente se enseña al alumno a frenar con la cuña y más adelante se le enseñará a frenar con el derrapaje.
Principio de especialización: una vez el alumno tenga una base general del esquí, podrá especializarse en una modalidad concreta, como puede ser slalom gigante, saltos, esquí de travesía,…
Principio de individualización: el entrenamiento será individualizado y se adaptará a las características de cada alumno. Por ejemplo, si un alumno tiene problemas con el frenado, nos centraremos en ello para que mejore.
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